Título: El verano que aprendimos a volar
Autor: Silvia Sancho
Editorial: Phoebe
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 352
Asier es un enigma. Atractivo, irreverente y descarado, es profesor de tenis durante el verano en un camping de la sierra de Madrid. El sitio perfecto donde esconderse de una realidad que le ha dado la espalda en el pasado.
Lara llega al camping para trabajar de recepcionista, y ni se imagina la tormenta de aire caliente que se producirá en su interior cuando la brisa fresca, liviana y juguetona que rodea a Asier choque con ella… y desate un deseo adictivo entre ambos.
Asier y Lara empezarán a volar juntos, sin alas y sin detenerse a pensar que pasará cuando finalice la temporada estival del camping. Pero no podrán contener el deseo de que perdure lo que parece destinado a acabar con el fin del verano.
¿Serán capaces de ganar el pulso a todos los obstáculos que se interponen en su camino y que parecen indicar que lo suyo no será más que un amor de verano?
Lara ya está harta de buscar y buscar trabajo sin éxito. Necesita hacer algo. Por eso acepta un trabajo como recepcionista en un camping de la sierra madrileña. Lo que no esperaba es encontrarse allí con Asier, un chico dispuesto a abrirle los ojos y a enseñarle que puede ser todo lo que quiera.
Lara es la protagonista de esta sexy cucada. Llega al camping sin mucha experiencia vivida. Muchas horas de estudio y una carrera ha sido la burbuja en la que ha vivido hasta ahora. Llegar al camping supone salir al mundo real. Al principio tenemos a una Lara muy ingenua e inocente, que ve el mundo desde su propio filtro. Cree en la gente de forma natural, pero no demasiado en sí misma. Yo diría que es una joven chiquitita que va allí a hacerlo lo mejor posible. Conocer gente nueva le aportará nuevas perspectivas y formas de ver las cosas. Y también a sí misma. Lara tiene una evolución muy bonita, muy natural, de esas con la que mucha gente podrá identificarse. Un personaje muy bien construido, que crece y avanza. A mí me ha gustado mucho.
Asier, por el contrario, ya está muy definido desde el principio. Aunque también resulta muy misterioso en cuanto a su pasado y a su vida fuera del camping. Son casi dos personas distintas. Al Asier que conocemos es un chico muy vivaz y alegre, sin tabúes ni pelos en la lengua. No tiene filtros. Vive todo con mucha intensidad. Y también tiene una tristeza oculta detrás de todo esto. Iremos conociendo al Asier completo muy poco a poco, con pequeños detalles y reacciones. Es un personaje que me ha gustado mucho porque lo veía muy real, muy él mismo, con mucha fuerza y mucho que ofrecer.
Tú pides, yo vuelo.
En el plano de los secundarios me gustaría destacar a Natalie, la compañera de cabaña de Lara. Es una mujer fuerte e independiente, que disfruta de aquello que le gusta y pasa de aquello que le disgusta. Tiene el equilibrio perfecto en su vida. Se lo pasa bien. Es divertida. Es una tía para enmarcar, os lo digo yo.
Y luego ya tendremos a otros trabajadores del camping, familiares y amigos de ambos, jefes, etcétera. Hay un par que destacan un poco más, pero ninguno llega al nivel de Natalie para mí.
La historia es exactamente lo que parece: un romance fresco y divertido para que se te pasen volando las tardes de calor. Ella llega al camping siendo una joven inocente que quiere dejar de gorronearle a sus padres. Él está allí huyendo de un pasado del que no nos quiere contar nada. La atracción entre ambos es instantánea. Es una historia llena de pasión, divertida, bonita, un poco dramática en algún momento, que sube la temperatura a cada página. Pero lo que más me ha gustado es que es también mucho más que eso. Porque es una historia sobre crecer y madurar, sobre vivir la vida y aprender a levantarse cuando uno cae, a ser fuerte, a ser uno mismo. Es una historia sobre personas, cuyo romance de verano es la puerta que se abre para conocerse a ellos mismos y a desarrollarse completamente. Yo la recomiendo muchísimo en este sentido. No tiene nada que ver que las escenas de sexo estén tan bien logradas. Qué va!
La narración es otro de los puntos fuertes de la novela. Es una primera persona desde el punto de vista de Lara, en pasado, con guiños a lo que está por venir que hacen que apetezca leer más y más para saber qué ha pasado. Con alguna pequeña aparición estelar de Asier para fomentar el misterio que es este chaval. Es una narración que nos deja ver a la Lara del presente, que cuenta las cosas desde la vivencia, con una ligereza que igual no era tanta en aquel momento. Una narración muy sencillita y natural, que se hace muy rápida y amena de leer. Los diálogos son frescos, espontáneos y divertidos. Me encanta la libertad y la falta de pudor con la que se habla del sexo. Es refrescante. Me gustan los personajes que abrazan su sexualidad y la ven como otra cosa más en su vida.
El verano que aprendimos a volar es una novela de personajes fuertes, con una historia que va más allá de un simple romance ligero y divertido. Que nos habla de descubrirse a uno mismo, de crecer y de convertirse en quien está destinado a ser. Todo ello aderezado con escenas llenas de pasión que os harán entrar en combustión. Aún quedan días de playa para disfrutarlo como Dios manda!
¡Hooola! Lo cierto es que este libro me llama bastante la atención tanto por su sinopsis como por las críticas que he leído hasta la fecha, así que seguramente le de una oportunidad
ResponderEliminar¡Gracias por la reseña!
Un besote, nos leemos