Reseña: Don't Breathe a Word - Holly Cupala

Título: Don't Breathe a Word

Autor: Holly Cupala

Editorial: Harper Collins

Encuadernación: tapa blanda

Páginas: 299

Precio: 6,46 euros

Joy Delamere se ahoga...
Por el asma, que casi se ha cobrado su vida. Por sus padre, que harían cualquier cosa por evitar que eso pase. Por el deliciosamente peligroso Ahser, que parece atraparla por completo.
Joy puede soportar sus palabras–palabras dulces, palabras crueles– hasta la noche en la que llegan demasiado lejos.
Ahora, Joy dejará todo atrás para encontrar a quien le ha ofrecido su ayuda, un chico vagabundo llamado Creed. Se convertirá en otra persona. Aprenderá a sobrevivir. Respirará... sólo si es capaz de alcanzar a Creed antes de que sea demasiado tarde.

Don’t Breath a Word nos narra la historia de una chica que, no pudiendo soportar más la situación en la que se encuentra, decide marcharse de casa y vivir en las calles de la ciudad de Seattle, no demasiado lejos de su pueblo, por otra parte.

Llevaba mucho tiempo queriendo leer este libro porque la portada era muy sugestiva para mí, y el tema es uno no muy tratado en la literatura juvenil y con el que se podía desarrollar una buena historia. Sin embargo, no pasa de ahí.

Nuestra protagonista es Joy, que pasa a llamarse Triste una vez llega a la calle, una chica con un novio posesivo y con mucha influencia sobre todos los aspectos de su existencia, que le está haciendo la vida imposible. Todo el mundo siempre ha estado pendiente de ella por su asma y sus experiencias cercanas a la muerte. Ahora se encuentra sola y tiene que aprender a sobrevivir en un mundo hostil. Allí conocerá a Santos, May y Creed, con quienes comenzará a convivir, y a otras personas que intentarán aprovecharse de ella debido a su debilidad.

El mayor fallo del libro, según mi parecer, son los personajes. No es que sean malos. Cada uno tiene lo suyo y es interesante conocerlos y saber hasta qué punto son capaces de sacrificarse por aguantar un día más. Son las relaciones que establecen con Triste lo que me chirrían. Todos se hacen amigos demasiado pronto y la autora no profundiza en esos lazos. Simplemente aparecen de repente y punto. Me hubiese gustado algo más de elaboración ahí. Es todo muy precipitado.

Sin embargo, el tema de la calle sí que me gusta cómo está tratado. A pesar de que ella tiene suerte y unos amigos con los que estar, la autora refleja bastante bien el miedo a estar solo en un lugar lleno de mendigos que harían cualquier cosa por quedarse con tus zapatillas; los robos que tienen que hacer para no acabar muriendo de hambre, la prostitución a la que se ven abocados algunos por unas monedas, las drogas,… Pero también los refugios que intentan hacer que las noches de toda esta gente no sea tan amarga.

Yo me quedo con esto, aunque no es suficiente para que tenga una buena nota. En mi opinión, lo que le falta al libro son páginas para desarrollar mejor la adaptación de Triste a su nueva vida, para contar de forma más pausada la historia de los demás personajes y para ayudarnos a involucrarnos más en una historia que prometía y que se queda un poco en el camino.

¿Yo la recomiendo? Si tenéis muchas lecturas pendientes, tal vez os haga sentir que perdéis el tiempo. Si tenéis una tarde libre y no sabéis que hacer, tal vez éste sería un libro agradable. Es un tema interesante, y más con la que está cayendo. Cada uno que decida por sí mismo.