Título: Frigid
Autor: J. Lynn
Editorial: Spencer Hill Contemporary
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 240
Precio: 6,08 euros (BD)
Para Sydney de veintiún años, estar enamorada de Kyler no es nada nuevo. Han sido mejores amigos desde que él la empujó en el patio de juegos y ella le hizo comer un pastel de lodo. En algún momento en los últimos años, se enamoró de él y profundamente. ¿El gran problema con eso? Kyler es un mujeriego. Nunca ha estado con una chica más que por unas pocas noches, y siendo su último año en la universidad, Syd no quiere arriesgar su amistad, declararando su amor.
Kyler siempre ha puesto a Syd en un pedestal demasiado alto para alcanzarlo. Para él, ella es perfecta y lo es todo. Pero los sentimientos que siente por ella, siempre los ha escondido o se ha concentrado en cualquier otra mujer. Después de todo, Kyler siempre será el chico pobre que vive del lado equivocado de las vías, y Syd siempre será la chica que él nunca podrá tener.
Pero cuando se quedan varados juntos en un elegante hotel para esquiar debido a una fuerte tormenta, no hay nada que impida que sus intensos sentimientos salgan a la superficie. ¿Puede su amistad sobrevivir a su atracción? Y más importante, ¿pueden ellos sobrevivir en absoluto? Porque al tiempo que la nieve cae, alguien los está acechando, y este viaje de esquí puede cambiar sus vidas en más de un sentido.
Y aquí vengo con la reseña de un libro de lectura
obligatoria. Es algo que no puedo evitar con Jennifer L. Armentrout, o bajo su
seudónimo de J. Lynn en este caso. A veces lo hará mejor, otras peor, pero
siempre disfruto y por eso es una de mis autoras favoritas. Así que en cuanto
pude hice que Frigid cayese en mis manos.
Sydney y Kyler son amigos desde que nacieron. Una amistad
que, en el caso de Syd, se volvió algo más con el paso del tiempo. Sin embargo,
nunca se ha atrevido a confesarlo. Pero una noche en un bar hará que cambien
las cosas, que la paciencia de ella empiece a agotarse. La tensión sexual será difícil de controlar
cuando ambos queden atrapados en una casa en las montañas donde iban a reunirse
con todos sus amigos por culpa de una tormenta de nieve.
Sydney es una dulzura. Es una niña buena, sin maldad alguna
en su cuerpo. No bebe apenas, no fuma, no se droga. Tampoco ha tenido una
relación desde que su último novio le contase a todo el mundo que era una
frígida. Lleva enamorada de Kyler desde tiempos inmemoriales, pero nunca se lo
ha dicho porque sabe que no es su tipo. Prefiere tenerle como amigo a perderle.
Es una chica muy inocente, estudiosa, de esas que prefieren leer un buen libro
frente a la chimenea que salir de fiesta a una disco. Pero a lo largo del libro
va cambiando poco a poco. Se hace cada vez más difícil ver a Kyler con otras
chicas y eso la lleva a volverse más atrevida y suelta o, al menos, a
intentarlo. Hay una gran diferencia en la Syd del principio con respecto a la
del final.
Kyler es un mujeriego que se ha tirado a todo lo que se le
ha puesto por delante, lo que viene a ser cientos de mujeres. Porque Kyler es
sexy como el infierno, con ese aire de chico malo que vuelve locas a las
chicas. Desde pequeño a cuidado de Syd, velado porque no le pase nada malo ni
nadie le haga daño. Es una buena persona, amable y encantador, con su pizca de
arrogancia; es guapo, lo sabe y lo aprovecha. Simplemente se acuesta con todas
estas chicas para intentar olvidar su realidad, chicas que también buscan solo
sexo. También habrá un cambio en él con el paso de los capítulos.
La historia es, pues, la de dos amigos de toda la vida que
comienzan a sentir cosas el uno por el otro, pero que ambos piensan que no
merecen el amor de la otra persona. Es una muestra de cómo, a veces, ponemos en
un pedestal a personas que amamos y nos rebajamos a nosotros mismos cuando no hay
ninguna necesidad. Es una lección sobre quererse a uno mismo y nunca
sobrevalorarse. Sobre no dar las cosas por sentado y luchar por lo que se
quiere. Y luego está toda la parte sexual y erótica que hacen de este un libro
muy sexy. Escenas que me gustaron muchísimo. Además de una parte de acción que
en ningún momento esperaba y que le dio un plus de intriga e incertidumbre que
me encantó y me mantuvo enganchada. A estas alturas no creo que haya nadie que
dude de lo buena escritora que es Jennifer.
Y la narración se nos presenta con una alternancia de
capítulos que estarán narrados en primera persona, unos desde el punto de vista
de Syd y otros desde el punto de vista de Kyler, siendo los de ella los más
abundantes. Los capítulos de Syd estarán llenos de inocencia y dulzura. Los de
Kyler serán más agresivos y varoniles con bastantes tacos. La personalidad de
ambos está muy bien retratada. Y luego lo ha llevado todo muy bien, manteniendo
el misterio perfectamente, alternando esa acción con las escenas de ellos dos
juntos de forma adecuada para repartir bien el peso. Se hace muy ligero y muy
ágil de leer. Y se disfruta mucho, al menos por mi parte.
Una historia sexy y ligera, con un toque de acción para
darle vidilla más allá de la relación amorosa. No os nada del otro mundo, pero
cumple su función perfectamente.
