Título: Reglas perversas
Título original: Wicked Rule
Autor: K. I. Lynn
Serie: Heartless Kingdom #1
Editorial: Phoebe
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 416
El multimillonario Atticus de Loughrey debe casarse para heredar toda la fortuna de la familia. Tendrá que buscar a la candidata ideal.
Una boda.
Un hijo.
Cinco años.
Diez millones de dólares.
Esas son las condiciones de nuestro contrato.
Mi oferta es firme, atrevida y obligada: necesito casarme y tener un heredero para conseguir mi herencia.
Ella cree que su cláusula de que no tengamos sexo evitará que sienta su piel sobre la mía.
Está muy equivocada.
La familia De Loughrey gobierna el mundo, y yo soy su rey. Consigo lo que quiero, y lo que quiero es a ella.
La tendré en mi cama, cueste lo que cueste.
El abuelo de Atticus acaba de morir y se ha guardado un último as bajo la manga para fastidiarle la vida. Atticus ya ha sustituido a su padre como cabeza de familia y cabeza del imperio multimillonario de su familia. Pero si quiere conservar su posición, deberá casarse antes de un año y tener un hijo pronto. Las relaciones no forman parte de su vida y no piensa aceptar a ninguna de las mujeres de buena posición que su padre le tire a la cara. Por el contrario, hay una camarera que lleva casi un año quitándole el sueño. Y es así como acaba con un contrato bajo el brazo y ofreciéndole un trato que solucionará todos los problemas de Ophelia.
¡Menudo viaje ha sido esta novela! Una montaña rusa para mí que voy a intentar poneros en perspectiva. Por un lado tenemos a Atticus, miembro de una familia con el mayor imperio del mundo. En su familia todo es aparentar y no cometer ni un desliz. Aunque eso no se cumple. Ese es el motivo por el que Atticus es un gruñón solitario y muy mandón. No hace mucho que se convirtió en el cabeza de familia tras la salida de su padre de la empresa, y depende de él mantener lo más limpia posible la imagen de la familia, lo que hace que tenga que comportarse como el padre de todos. He tenido mis más y mis menos con Atticus. Es un alfa de manual, a veces hasta desagradable, con bastante mal genio, que me hubiese gustado zarandear más de una vez. Sin embargo, también me ha gustado mucho su trasfondo, la situación dentro de su propia familia y de su imperio, la frialdad que ha tenido que adoptar como propia para que nada se desmorone. Me ha ido ganando poco a poco.
Ophelia, por su parte, se marchó de su casa en cuanto tuvo la oportunidad y ahora vive una vida bastante solitaria en un piso que se parece más a un armario. Trabaja como camarera en un restaurante de lujo que Atticus visita varias veces a la semana. El mismo hombre con el que tuvo una noche de ensueño en su cumpleaños hace casi un año y que no parece recordarlo. Hasta que le propone matrimonio y un montón de dinero y seguridad a cambio de cinco años y un bebé. Ahogada por las deudas, Ophelia acaba accediendo, sin saber realmente en la boca de qué lobo se está metiendo. Así como Atticus es para darle de comer aparte, Ophelia me ha gustado más desde el principio. Me ha gustado su valentía, su fuerte carácter, su inocencia, y también que no se deja pisotear y le pone los puntos sobre las íes a Atticus cuando es necesario. Verla navegar por esas aguas llenas de tiburones ha estado muy bien. Y ver su evolución según va aprendiendo, también.
Es una novela que tiene muchos secundarios importantes, ya que va a ser todo una serie de libros sobre esta familia de solteros a los que no les interesa nada el amor. Pero menuda familia… Son un grupo de personas desagradables y sin educación todo el tiempo. Tiene todo su razón de ser y habrá evolución por parte de los que no son completos imbéciles dentro de la familia. Me ha gustado mucho Rhys y Gen, de los que estoy deseando saber más. Y muy intrigada por Hamilton, que será el siguiente de la serie.
La historia parte de la lectura de ese fatídico testamento que envía a Atticus a ese frenesí por encontrar a alguien con quien casarse, mientras rechaza los matrimonios de conveniencia que le propone su padre. Y la única persona en la que Atticus puede pensar es en Ophelia. Ambos tienen todavía grabada en la mente la única noche que pasaron juntos y esa atracción que sienten cada vez que se ven. Es un romance un poco dark, con dos personas de mucho carácter, celosos y posesivos, pero también muy dulces cuando quieren. Es un tira y afloja constante desde el principio, con Atticus manteniendo sus distancias, porque es lo único que sabe hacer, y con Ophelia intentando acortarlas para que los cinco años no sean insoportables. Me ha gustado mucho ese mundo de riquezas y excesos, lleno de máscaras, apariencias, envidias y maldad retorcida. En el que cuesta encontrar cosas buenas, pero que se valoran mucho cuando aparecen. El romance es complicado, tiene red flags, pero también he disfrutado mucho viendo cómo iba evolucionando y se iban ganando el uno al otro.
La narración es en primera persona desde el punto de vista de los dos. Es una narración muy directa y sencilla que transmite muy bien toda la historia y la personalidad de los protagonistas. Tiene mucho diálogo y un muy buen ritmo. Devoré el libro en cuestión de un par de días porque no podía dejar de leer. Estaba enganchadísima. Y eso que hay cosas que no me resultaban cómodas, como por ejemplo lo soez del lenguaje algunas veces. Hacía mucho que no leía un romance así y me pilló bastante descolocada, pero a la vez buscando cualquier momento libre para poder ponerme a leer.
Reglas perversas nos cuenta la historia de Atticus y Ophelia, un dark romance con matrimonio de conveniencia, lleno de una atracción brutal y un tira y afloja constante entre dos personas bastante celosas y posesivas, en un ambiente de lujo y descontrol, dentro de una de las familias más ricas del mundo, con muchos intereses en juego y una imagen que preservar. Si os gustan este tipo romances, este es completamente adictivo.
Muchas gracias a Phoebe por el ejemplar para reseñar
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