[Reseña] SI LOS MONSTRUOS NO SE VAN - ELSA GARCÍA

 

Título: Si los monstruos no se van
Autor: Elsa García
Autopublicado
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 357

En 1999, Emma y Sergio eran dos adolescentes que se vieron por primera vez y ya no pudieron olvidarse. Crecieron enamorándose despacio, entre fiestas, casualidades, horas robadas al destino y letras de Mecano.

En 2014, han cambiado los bailes por gritos, las risas por llantos y las melodías por miedos. Lo único que permanece es el amor, aunque han olvidado cómo demostrárselo.

Quince años separan dos historias que son, en realidad, solo una: la suya, llena de sonrisas ladeadas, miradas verdes, canciones por bailar y monstruos que vencer.

Emma y Sergio se conocieron quince años atrás en una noche como otra cualquiera. Sin embargo, para ellos fue especial, dando inicio a una relación y a un amor que no conocía límites. Pero en el presente ya no hay sonrisas que levantan el ánimo ni gestos cómplices. El amor sigue ahí, aunque ninguno sabe si será suficiente. ¿Podrán superar este nuevo bache en su vida o las circunstancias acabarán ganando la partida? 

La verdad es que no sé por qué me sorprende estar delante del Word, pensando muy fuertemente que escribir esta reseña va a ser muy difícil. No esperaba otra cosa de una novela de Elsa, siendo sincera. Y espero hacerle justicia sin revelar demasiado. 

La novela empieza en 1999, una noche de verbena típica de pueblo, con una Emma jugando a ser mayor y deseando divertirse con sus amigas. Y con un Sergio que va a pasar unos días al pueblo de un amigo, esperando diversión y ligar mucho. Pero les basta solo una mirada para quedar atrapados por el otro. Es así como empieza una relación que se extenderá a lo largo de los años, viviendo de encuentros casuales y por sorpresa, hasta que ya no les baste a ninguno de los dos. 

Jugando muy bien con los tiempos, dando grandes saltos temporales, la novela nos irá descubriendo esa relación, a la vez que va profundizando a nivel individual en cada uno de los protagonistas. Y seguirá así hasta llegar al presente, del que ya habremos recibido varios capítulos, llenos de una amargura y una tristeza que no encajan mucho con la belleza de la relación que iremos conociendo al principio. Creo que está muy bien jugado, porque también nos da un motivo por el que seguir leyendo a buen ritmo, una incógnita que debemos descubrir y que a mí me mantenía en vilo. 

Vamos entonces a por esos protagonistas. Emma es una chica de pueblo, uno muy pequeño, con unos padres mayores y un universo propio minúsculo. Le encantan las antigüedades y restaura muebles. Y tiene bien claro cuál quiere que sea su futuro y cómo. Sergio, sin embargo, le dará la oportunidad de descubrir el mundo fuera de su burbuja y lo que tiene que ofrecer, haciendo que Emma vaya cambiando, evolucionando y recorriendo caminos para encontrar a la persona que quiere ser. 

Sergio también lo tiene todo muy claro. Es un chico más de ciudad, una persona sociable, muy abierta y extrovertida. Le encanta salir de fiesta y conocer gente nueva. El ocio es su hábitat natural. Y la abogacía su pasión. Pero esa pasión y las ganas de vivir al máximo no pueden con todo, algo que tendrá que descubrir por las malas y reajustar sus prioridades. 

Y hasta aquí puedo leer. Siento que cada palabra que escribo está cerca de ser un spoiler. Lo que sí os puedo contar es que son personajes maravillosos, con muchísima evolución, tan reales como la vida misma y con los que era muy fácil sentir. Sin duda el trabajo con ellos ha sido excelente. 

No hay un gran elenco de secundarios, pero todas las personas que aparecen me han parecido maravillosas y tan bien creadas como los protagonistas. Gente que estaba ahí, apoyando, y aportando puntos de vista esenciales para la evolución de la historia y los dos personajes principales. De hecho, con alguno me he quedado con ganas de más y adoraría saber qué ha sido de su vida después de esta novela. Se te meten dentro muy rápido. 

Esta es una novela de crecimiento personal y de superación. De hacer introspectivas y conocerse a uno mismo. De buscar la felicidad, aunque la vida se empeñe en ponerlo difícil. Es una novela sobre la amistad y la gran importancia que tiene en el día a día. Y es una novela sobre el amor. Ese que surge sin buscarlo, pero que ya no se olvida. Un amor que se cultiva poco a poco, que va creciendo sin prisa, hasta convertirse en algo enorme. Un amor que es egoísta, pero que también da todo cuanto tiene sin vacilar. Es una relación muy bien construida, muy real, muy natural y también muy sana. Ha sido muy bonito de leer. 

En cuanto a la narración, tendremos una primera persona desde el punto de vista de los dos. No es una narración fácil de leer. Las voces están tan bien conseguidas, y ellos no están siempre pasando por momentos buenos, que transmite bastante angustia. A mí me ha pillado en un momento bastante débil y vulnerable y os digo que leerla era duro. Por eso también me hizo ver lo buena que era. Es una narración, como ya os he dicho, que juega con los tiempos, yendo del pasado al presente de la novela. Hay una clara evolución en esas narraciones. También será Emma más protagonista en las partes del pasado, mientras que él lo será en las del presente. La parte del principio puede hacerse algo repetitiva y bastante similar, aunque nunca se me hizo pesada. Y me gustaría destacar las partes de él porque me parecieron muy bien documentadas y que transmitían perfectamente la situación y los sentimientos, siendo un tema muy complicado del que hablar. 

Si los monstruos no se van nos cuenta la historia de Emma y Sergio, desde el día que se conocen hasta su presente, haciendo saltos temporales y desde el punto de vista de los dos. Una novela de personajes, sobre crecimiento personal, de superación y buscar la felicidad en uno mismo. Pero también de amores sanos y de relaciones naturales. No es una novela fácil, pero sí muy bonita y que merece la pena.