[Reseña] SIEMPRE SERÁ DICIEMBRE - WENDY DAVIES

17 mayo 2017



Título: Siempre será diciembre
Autor: Wendy Davies
Editorial: SM
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 308


Sam ha muerto. El mar se llevó sus secretos y ahora solo quedan mentiras y esa sensación de ahogo que todo lo envuelve. Samantha no es ella misma. Jay no sabe lo que hizo. Todos tienen algo que ocultar y cada día que pasa es una cuenta atrás. Mañana quizá sea tarde.




Sam ha muerto de forma repentina cuando nadie podría esperárselo. Ha dejado tras de sí un mundo fracturado. Y a un mejor amigo al que culpan de la tragedia. Por no hablar de una melliza que siempre había deseado que desapareciese. Y cuando Sam ya no está, ninguno de ellos sabe quién es sin él, si es que alguna vez habían sabido quiénes eran en realidad.

El libro comienza con un recorte de periódico que nos cuenta la muerte de un joven al caer de un acantilado al agua. Ese joven es Sam. Y también nos cuenta cómo Jay se lanzó tras él, pero no consiguió salvarle. Sam murió, pero Jay se salvó. ¿Pero Sam cayó o lo empujaron? ¿Fue Jay y luego se lanzó para intentar deshacer sus acciones? Esta es la realidad con la que Jayden se levanta la mañana siguiente a que su mejor amigo haya desaparecido para siempre.

Voy a empezar la reseña hablándoos de Jay. ¿Por qué? Pues porque Jay parecía ser el único que aguantaba a Sam y el único que podía estar con Sam como un igual. Eran más que amigos o hermanos. Puede que fuese la única persona en el pueblo que no hubiese deseado nunca que algo medianamente malo le pasase a Sam. Pero, sin embargo, todos le culpan a él. Hay una frase muy recurrente a lo largo de toda la novela que creo que le define muy bien: <<No hay huevos, Waller>>. Y es que Jay es alguien que no arriesga, que se limita a levantarse cada mañana y llevar una vida de lo más sencilla. Le culpan de una atrocidad y no tiene valor para defenderse. Se deja llevar. La existencia de Jay había estado marcada siempre por Sam. Ahora no es más que alguien perdido, que siente que ya no tiene nada, sin rumbo, sin camino, sin futuro. Jay se para. Pero la vida sigue y no piensa dejar que se quede en su burbuja de inexistencia. Decir que Jay es un personaje extremadamente complejo es quedarse corta. Es una absoluta maravilla. Tiene mil recovecos, tiene una evolución titánica al alcance, tiene luz y oscuridad, tiene blancos y negros, y toda una gama de grises que deja con la boca abierta.

Y luego tenemos a Sam, Samantha, la melliza. Unos padres muy originales a la hora de poner nombre. Ella es la que más llamó mi atención al principio. Jay no es después de la muerte de Sam, pero Samantha nunca ha sido. Su madre abandonó a la familia cuando todos eran aún unos niños. Ella era la única chica en una familia de seis miembros. La que se parecía a lo que habían perdido. Y se perdió también. Estamos hablando de una chica que usa la ropa de sus hermanos y lleva el pelo corto para que su padre pueda mirarla a la cara. Aunque no es que su padre quiera mirar algo que no sea su botella de alcohol. Ya os podéis imaginar un poco cómo puede ser Samantha al principio de este libro. Hablamos de una chica totalmente reprimida y atrapada, llena de odio y sin futuro. La soledad es su pan de cada día. Y está muy necesitada de un poco de amor, algo que no recibe desde que su madre se fue. Ella tiene autopistas enteras de evolución a su disposición. Tened en cuenta que no es nadie cuando empieza la novela. Es la sombra de un muerto. Un lienzo en blanco. Samantha no es un personaje bonito, se esfuerza por ser una persona fea. Y eso es lo que la hace tan fascinante y tan maravillosa de descubrir.

Lucha en superficie, ¿sabes lo que es? Coges aire durante los segundos en los que tu cabeza consigue salir a la superficie y aguantas la respiración cuando te sumerges. Cuando estás en esa situación no puedes pedir ayuda, estás demasiado ocupado intentando no morirte.
Eso es lo que siento todo el tiempo.

Ellos son los dos grandes personajes del libro, pero no son los únicos dignos de una mención. Evidentemente tendremos a Sam que, aunque esté muerto, podremos conocer a través de los dos protas sin edulcorarlo en ningún momento. Sam es esa típica persona a la que nadie soporta y que cuando muere todos dicen que era maravillosa. La madre de Jay me ha gustado mucho, a pesar de sus escasas apariciones. Así como Gina, su cuñada, que también tiene complejidad y mucho trasfondo. La familia de Sam es toda para enmarcar. Desestructurada desde los cimientos, llena de mentiras y apariencias. El abandono de la madre los fracturó a todos en mil pedazos que nunca han podido volver a unir. Merece la pena conocer a todos y cada uno de ellos. Y también me gustaría nombrar a Eddy, un amigo que tenían en común Sam y Jay que tiene lo suyo que aportar. Yo diría que a nivel de personajes no se desperdicia absolutamente nada en esta novela.

Al principio he de admitir que estaba un poco confusa con la historia. Ha pasado lo que ha pasado, parece que Sam no se cayó solo por accidente, pero no es una novela de buscar sospechosos y un culpable. Esa no es la historia. Ahora puedo decir que lo que tenía entre las manos es una novela de personajes. De las potentes. Creo que ha quedado claro después de toda la exposición que acabo de hacer. Es una historia que va sobre dos personas que han perdido el eje sobre el que giraban sus vidas, que ya no tienen perspectiva de lo que les rodea, que ya no saben dónde están. Es una historia sobre cómo estas dos personas lo afrontan. Es una historia sobre caerse y levantarse, sobre descubrirse a uno mismo y descubrir aquello que el sol no te dejaba ver por ser demasiado brillante. Una novela sobre mentiras, sobre lo fácil que es decirlas y las consecuencias que acarrean. Sobre secretos y oscuridad, sobre miedos y valentías, sobre amor y amistad de la incondicional. Pero sobre todo, y lo recalco mucho, es una historia sobre personas. Y ha sido una pasada. La creación de personajes me ha parecido sublime. Eran reales, eran humanos y me transmitían muchísimo. A simple vista no parece una gran historia mientras estás ahí. Pero os recomiendo que escarbéis, porque tiene mucho que ofrecer y mucho que enseñar.

La verdad es que no sé si estoy muerta o viva, lo que sí sé es que siempre será diciembre. El frío nunca se irá y los dientes de león seguirán cayendo porque mi deseo jamás se cumplirá.

¿Y cómo se crea toda esta magia? Pues a través de una narración de las que dejan con la boca abierta y completamente ensimismado. Os estoy hablando de segundas personas. De una narración con capítulos alternos donde Jay y Sam nos cuentan su punto de vista de los acontecimientos. Samantha se dirige a nosotros en infinidad de ocasiones, como si fuésemos su confidente. Jay, sin embargo le habla a Sam durante todo el tiempo. Es una maravilla, porque Samatha es un tarro lleno de mentiras que solo nos puede contar a nosotros. Y Jay es el amigo que no puede dejar que el otro se vaya. Va muchísimo con ellos. Y es bonita, sin parecer fuera de lugar. Los capítulos son muy cortos, lo que le da un buen ritmo al texto. Es cruda y real. Es que no tengo nada malo que decir. Y mira que lo estoy buscando, os lo prometo, pero en retrospectiva considero que es una gran novela. 

Siempre será diciembre es una novela de personajes, que nos narra cómo dos personas muy diferentes afrontan la pérdida de lo más importante de sus vidas. Es una novela con personajes muy fuertes y exquisitamente creados, naturales y reales, llenos de oscuridad y mil rincones ocultos. Una historia llena de autodescubrimientos y una miríada de emociones que dejan incluso exhaustos. Y con una narración que transporta directamente al lector dentro de la historia. Recomiendo mucho su lectura, así como un buen análisis para no perderse nada de lo que se oculta entre sus páginas.


*Agradecimientos a la editorial



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