Reseña: Ruina y Ascenso - Leigh Bardugo

*Puede haber spoilers de libros anteriores.*

Título: Ruina y Ascenso

Título Original: Ruin and Rising

Autor: Leigh Bardugo

Saga: Grisha #3

Editorial: Hidra

Encuadernación: Tapa blanda

Páginas: 512

Bajo tierra, en la red de túneles y cuevas que forman la Catedral Blanca, Alina es a la vez prisionera y objeto de adoración. Está muy débil, y la idea de embarcarse en un nuevo viaje en busca del tercer amplificador, el pájaro de fuego, parece una locura. Pero su poder ha cambiado desde la última batalla, y sus nuevas habilidades podrían aterrorizar incluso a sus propios aliados.
LA CAPITAL HA CAÍDO.
El Oscuro gobierna Ravka desde su trono de sombras.
Ahora el destino de la nación está en manos de una Invocadora del Sol sin poderes, un rastreador caído en desgracia y los últimos vestigios de lo que alguna vez fue un gran ejército de magos.
En las profundidades de una antigua red de túneles y cuevas, una debilitada Alina debe someterse a la dudosa protección del Apparat y de aquellos que la veneran como a una Santa. Pero tiene otros planes, como lanzarse a la caza del elusivo pájaro de fuego y comprobar si la supervivencia de cierto príncipe forajido es algo más que una esperanza.
Alina deberá forjar nuevas alianzas y dejar de lado antiguas rivalidades para, junto con Mal, encontrar el último amplificador de Morozova. Pero tan pronto como empieza a desvelar los secretos del Oscuro, sale a la luz un pasado que alterará para siempre su visión del lazo que los une y el poder que ella detenta. El pájaro de fuego es lo único que se interpone entre Ravka y la destrucción, y Alina podría pagar un alto precio por conseguirlo: el mismísimo futuro por el que está luchando.

El tiempo se escapa por entre los dedos de Alina. Después del desastre de la última batalla, Ravka está en un precipicio. Su única oportunidad es encontrar el último amplificador y eliminar a El Oscuro de una vez por todas. La única oportunidad para que el reino no acabe sumido en la oscuridad. 

Admito que mi opinión sobre Alina decayó un poco en el libro anterior. Toda su locura y ansia de poder fue de lo más interesante. Pero hizo daño a personas que no le podía perdonar. Pero después de su enfrentamiento con El Oscuro y del viaje por los túneles, vuelve a dar un giro importante. No es que deje de sentir ese ansia, pero como que es más consciente de ello. Creo que madura muchísimo en este último libro, que su humanidad lucha por la supervivencia, que es mucho más consciente de ella misma, más determinada. Siento que empieza a convertirse en la Alina que parecía que estaba destinada a ser. Es otro lado completamente diferente que sigue siendo de gran interés. Una Alina a la que he respetado más y que me ha gustado mucho. 

Mal también tuvo momentos en el anterior libro que me pusieron algo nerviosa. En este libro es un hombre más fuerte, es un hombre con más resistencia, un hombre con más control. Mal es una persona estoica, muy racional, muy centrada. Pero también alberga mucha pasión, y me encanta cuando se suelta. Es un ser noble, de bondad infinita, pero también de hierro cuando se requiere, un témpano de hielo para llevar a cabo las tareas más difíciles. Siempre fue uno de mis favoritos desde el principio, había algo en él que me atraía, y se ratifica como uno de mis favoritos con su final. 

Realmente, todos los personajes que aparecen en esta entrega tienen su razón de ser. Muchos incluso consiguen ser especiales, con un gran protagonismo. Me ha gustado mucho El Oscuro. Después del primer libro, sus apariciones son más como un anticipo funesto, algo que no nos permite conocerle mejor o tener otra perspectiva del hombre que realmente es. Muchas cosas nos llegaban de fuera, suposiciones y conocimientos de otras personas. En este libro, la cosa no cambia mucho, pero sí tienen más sentido todas sus apariciones, dejándonos ver lo que hay bajo la superficie, bajo toda su ambición. 

Tamar y Tolya están más cercanos, más humanos, consiguiendo llegar más al lector. Zoya y Nadia están simpáticas, ambas demostrando una gran fuerza y una voluntad de hierro; estoy orgullosa de ellas. Harshaw es encantadoramente divertido. La historia de Baghra es alucinante. David haciendo bromas y siendo cada vez más humano. Genya teniendo que aprender con su nuevo aspecto. Y qué decir de Nikolai, el encantador príncipe, con su buen humor y su picardía, con esa lengua rápida y un ingenio inigualable. Un personaje excelente donde los haya. Siempre será un personaje memorable para mí, y con una evolución muy interesante. Y esto por nombrar a unos pocos. 

La historia es absolutamente perfecta. En esta última parte, ese guion de acción-pausa-acción deja de existir. Este libro es acción-acción-acción, y porque ya no había más páginas. No hay palabras para describir lo trepidante que es, lo sorprendente que es, lo alucinante que es. Las perspectivas de una nueva batalla están cada vez más cerca. Después de la derrota, el ejército debe reagruparse, todos tienen que encontrar una forma de destruir a El Oscuro y liberar Ravka. Alina deberá encontrar a Nikolai, su único aliado, en busca de personas que puedan luchar. Y encontrar el último amplificador cuanto antes es más importante que nunca. Todo esto lleva a nuestros personajes a un camino lleno de peligros que se suceden uno tras otro. Hay pocos momentos de descanso a lo largo de la historia. Momentos que sirven para generar más tensión y construir mejor la siguiente acción. El romance alcanza un nuevo nivel, todavía con esa batalla entre lo que quiere el corazón y lo que el deber exige. Admito que estoy muy satisfecha con lo que se me ha dado en este libro. El amor que se palpa es profundo, real y sufrido. Me llegó al alma, y desde todas partes. Además, sigo fascinada con todas las sorpresas que me he encontrado, con todos los secretos que me han desvelado. He alucinado más de una vez, he sufrido como si un ser querido estuviese en peligro. Algunas cosas podría haberlas imaginado, pero otras me tomaron completamente por sorpresa. Y esas sorpresas, esos descubrimientos, se merecen un atronador aplauso, porque aportan mucho realismo a la historia y le dan un grado más de épica, haciendo de ésta una grandísima historia. 

Me gustaría hacer una mención especial al final del libro. Cuando te encuentras con una gran historia, cuando en cada libro te dan un poco más, cuando todo se vuelve tan épico que es difícil mantener la calma. No es irracional temer que el final no esté a la altura, que se suceda con demasiada rapidez o le falte el grado justo de dramatismo. La novela va subiendo poco a poco de intensidad, alcanzando unos límites que no permiten estar sentado tranquilamente en la silla. Quería la perfección. Y creo que es la perfección lo que me he encontrado. El ritmo es bueno, el dramatismo inigualable, la acción trepidante. Estoy muy feliz con ese final. Ha sido todo lo que podría esperarme y un poco más. Unos capítulos agridulces, por lo que sucede, pero también porque se ha acabado todo y me había calado hondo. Le estoy muy agradecida a ese chico que me dijo que leyese los libros porque me gustarían. 

La narración sigue siendo una de las más ágiles con las que me he encontrado. El libro vuelve a leerse en un suspiro, esta vez con motivos de peso. Al igual que sucede con todo, la narración también aumenta de intensidad, se hace más rápida, más épica. La voz de Alina sigue siendo fascinante, acompañando a la perfección a los hechos que le van sucediendo, abrazando su locura y todos sus dilemas. Las descripciones son totalmente evocadoras, los diálogos rápidos y algunos muy ingeniosos. Sin quejas. 

Así pues, Ruina y Ascenso es un final que está a la altura. Una novela donde el ritmo es más vertiginoso, los peligros se suceden en cada capítulo y las sorpresas no dejan de aparecer. Un final en el que respirar se convierte en algo secundario, con mucho drama y escenas absolutamente perfectas. Lloré, reí, sufrí y disfruté con el que es el mejor libro de toda la trilogía.