Reseña: La Caza - Andrew Fukuda

Título: La Caza

Título Original: The Hunt

Autor: Andrew Fukuda

Saga: La Caza #1

Editorial: Destino

Encuadernación: Tapa blanda

Páginas: 320

Precio: 15.95 euros

Cuando caiga el sol, empieza a correr.

A sus diecisiete años, Gene lucha por sobrevivir en una sociedad en la que los humanos han sido devorados por la raza dominante y se encuentran al borde de la extinción. Cuando es reclutado para participar en la caza patrocinada por el gobierno con el propósito de encontrar a los pocos supervivientes, no sólo debe aprender el arte de la lucha, sino también eludir las crecientes sospechas de sus compañeros respecto a su verdadera naturaleza.

La humanidad se ha extinguido y una nueva raza vampírica es ahora la dominante. Gene es un humano que tiene que seguir cada día un riguroso ritual para que no le descubran. Hasta que llega el día de la Caza, un evento mediante el cual un pequeño grupo de vampiros caza a un grupo de humanos en campo abierto.

Gene es un personaje complicado con el que no sé cómo sentirme. Era muy pequeño cuando todo sucedió y no recuerda nada de lo que significaba vivir en una comunidad humana. Menos ahora que está completamente solo. Vivir como vampiro es vivir sin expresión, sin risas, siempre en el límite para no cometer el más mínimo error. A mí me habrían comido al segundo de salir de casa. Es un chico que vive siempre en tensión, aburrido porque realmente no puede hacer nada ni relacionarse con nadie para que no le pillen. Conforme va avanzando el libro, Gene va evolucionando y cambiando en muchos aspectos. Pasó de ser alguien indiferente a un personaje que me gustó. No puedo dar muchos más detalles al respecto para no fastidiaros al personaje.

Aparte de él, los otros personajes que intervienen en el libro son los demás cazadores y algunas personas que trabajan en el centro donde crían a los humanos. Al principio ninguno de ellos es excepcional. Gene siempre está a distancia y eso hace difícil poder conocer bien a ninguno de ellos. La única que sí tiene un papel más protagonista es Ashley June, una chica del instituto de Gene y que también fue elegida para participar en la caza. Una chica de la que lleva enamorado desde hace años. Tan inexpresiva como cualquier otro vampiro. Otro personaje con el que cuesta sentir algo a cualquier nivel hasta avanzado el libro.

Con la historia me pasó como con todo. Me costó entrar en ella y se me hizo algo pesada al principio. También es cierto que lo leí en inglés y la narración era algo más compleja a lo que estoy acostumbrada, por lo que puede que eso influyese en mi comprensión y en mi velocidad de lectura.  Dejando eso a un margen, el principio del libro es lento y bastante introductorio. Conforme va avanzando, la historia toma un cariz distinto, se vuelve más tensa, con más acción, con más sentimientos y menos indiferencia. Así pues, le cuesta, pero acaba volviéndose un libro con acción, que te hace estar en el borde durante mucho tiempo y con un final (dícese final a las 10 últimas páginas) que te tiene enganchado y devorando las páginas hasta que ya no quedan más. Espero mucho más del siguiente ahora que la historia ya está bien encauzada.

La narración, como ya he dicho antes, se me hizo algo pesada, como todo, porque lo leí en inglés, que lo entiendo y lo leo con fluidez, pero este no fue el caso, en parte porque había bastantes palabras que no entendía, y en parte porque es pesada de por sí al principio, lenta. La historia está narrada en primera persona por Gene, un chico no muy hablador, por lo que eché de menos la agilidad de los diálogos en algunas ocasiones. Pero, como nos lo narra todo Gene, la narración va mejorando conforme lo hace él.

Así pues, es un libro con el que me costó horrores meterme en la historia, pero que, cuando lo hice, lo disfruté mucho. Me gustó el nuevo concepto de vampiro, me gustó la tensión de la vida de Gene y me encantaron las últimas páginas llenas de acción trepidante que hicieron que mereciese la pena leer el libro, y prepararon el camino para animar al lector a leer la segunda parte. 

Disgust pulls their faces down as they step aside, but that’s okay. I’m used to it, that look.
It’s the way I look at myself in the mirror when I’m alone at home.
You live too long trying not to be something, eventually you wind up hating that thing.