Cuando uno de los editores de Brown & Wilkes me llamó
para avisarme de que la biógrafa pasaría unos días en El
Cairo, mi primer impulso fue correr a los establos para
fugarme a algún oasis remoto antes de que diera conmigo. Era
una de las tardes más agobiantes de aquel octubre de 1985 que
parecía resistirse a decir adiós al verano, y los ventiladores colocados
sobre los muebles de mimbre, pese a haber escogido la casa
por ser una de las más frescas de la ribera oriental, no conseguían
mantener a raya el calor.
—Sinceramente, Brown, no entiendo a qué viene tanto interés
—protesté mientras me pasaba una mano por la húmeda frente—.
Si esa mujer se hubiera molestado en pisar un archivo, habría encontrado
cientos de fotografías mejores que las que me está pidiendo.
—Ruth sólo quiere que se implique un poco más, Helena
—me contestó Brown en un tono que pretendía sonar conciliador—.
Estoy seguro de que no le dará problemas. Sólo tendrá que acogerla unos días, hasta que haya resuelto todas sus dudas, y
cuando sepa…
—¿Todas sus dudas? —no pude evitar exclamar—. ¡Llevo
desde enero colgada de este maldito teléfono para ayudarla a rellenar
las lagunas que le faltan! ¡Si hubiera sabido la cantidad de
problemas que da una biografía, habría preferido que el mundo
me olvidara!
Hola a todos!
La pasada semana salió a la venta El príncipe de los prodigios, de Victoria Álvarez. Todavía no he podido hacerme con él, pero le tengo muchísimas ganas. La historia me gusta mucho y la ambientación pinta de maravilla. Para ir abriendo boca, en la entrada de hoy he traído cómo empezó toda esta historia.
¿Qué os pareció este inicio? ¿Os gustan estas novelas?
Hola!
ResponderEliminarEspero hacerme con él estas navidades.
Besitos :)
¡Hola! Tengo muchas ganas de leer algo de la autora, espero quitarlo pronto de los pendientes =)
ResponderEliminar¡Un abrazo!
¡Hola!
ResponderEliminarLo leí el año pasado y me encantó <3 Ahora estoy con su segundo tomo.
Un abrazo
¡Hola!
ResponderEliminarMadre mía, esta entrada es una completa trampa para mí, ¿verdad? Es que tengo unas ganas de leer esta novela que me muero, de verdad. Y esto solo hace que quiera leerla aún más.
Un beso enorme, bonita ;D.