Título: El secreto desvelado
Autor: Janeth G. S.
Saga: ¿Quién mató a Alex? #2
Editorial: Oz editorial
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 500
En esta apasionante conclusión de ¿Quién mató a Alex?, la investigación sobre el asesino o asesina de Alex continúa, y también la búsqueda de su cuerpo, que sigue sin aparecer. A raíz de la muerte de otra joven de la ciudad, Hannah descubre que los dos crímenes están relacionados y que el culpable está más cerca de lo que pensaban. Y al seguir esa pista, poniendo en juego su propia vida, Hannah desencadena unos sucesos inesperados y sorprendentes que revelarán el misterio de quién mató a Alex.
Después del cliffhanger del libro anterior, empezamos este libro en el lugar exacto en el que acaba el anterior. El asesino todavía anda suelto, el peligro es cada vez mayor y continuamos investigando para descubrir quién fue el asesino de Alex.
Todos los que habéis leído mi reseña del libro anterior sabéis que no soy muy fan de esta trilogía (¿?). Vamos, que no me gustó nada nada nada. Pero soy una cotilla y tenía que saber quién era el que había matado a Alex. Ya que había empezado el primero pensando que investigaría eso, pero que se centró absolutamente en Hannah.
¿Qué decir de esta muchacha? ¿Puede un personaje ser más plano? ¿Puede un personaje principal carecer de interés? ¿Ni una pizquita? Pues sí. Hannah no tiene absolutamente nada de evolución, nada de profundidad, nada de complejidad. Para mí es aburrida, absurda, contradictoria y hasta un poco tonta. Le pones las cosas delante de la cara y aun así no las ve. Como en el primer libro, básicamente.

Aunque está Alex, que no le queda más remedio que aparecer. Ya que el primer libro fue de Hannah, digo yo que ya le tocaba. Pero sigue el mismo esquema anterior. Cero evolución, cero complejidad, cero profundidad. Todos dan tumbos en todas direcciones y se quedan en absolutamente nada.

En cuanto a la narración, solo digo que un amigo me preguntó si era omnisciente leyendo un párrafo al azar. Os diré una cosa que es de manual: una primera persona nunca puede ser omnisciente. Es imposible. Tú solo sabes la información a la que has tenido acceso. No puedes saber aquello que no has visto, que no has oído. No puedes. Ni puedes leer mentes ni poner en boca de nadie palabras que no han dicho. No puedes saber lo que comió tu amigo la noche de antes si no estuviste allí o alguien te lo ha contado. Pues Hannah sí puede. Ella lo ve todo y lo sabe todo. Y así nos lo cuenta. Con diálogos sosos y repetitivos hasta la saciedad y monólogos internos para pegarse un tiro. A este libro le hacía falta muchísimo trabajo de corrección, muchos tachones para eliminar las redundancias y parrafadas enteras que parecen más notas sobre la situación, de esas que haces en el primer borrador. No es que yo sea una experta ni nada por el estilo. Pero hay unas bases que aquí no aparecen por ningún lado.
Una continuación igual de sosa, contradictoria y ramdom que su primera parte. El trabajo de personajes es nulo. Los protagonistas son planos cual tabla de madera, con más involución que evolución. Una historia plagada de escenas metidas con calzador, lagunas que parecen mares enteros y un final que no se cree nadie. Buscadlo en google. La mayor decepción de toda mi vida lectora. De proporciones épicas. Y nadie puede decir que no le he puesto ganas.
*Agradecimientos a la editorial
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