Reseña: Te Daría el Mundo - Jandy Nelson

Título: The Daría el Mundo
Título I'll Give You the Sun
Autor: Jandy Nelson
Editorial: Alfaguara
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 416

Noah y Jude son inseparables, dos hermanos absolutamente diferentes que se enfrentan al mundo juntos, complementándose. Con trece años, el solitario Noah dibuja sin parar, es un genio del arte y se ha enamorado en secreto de su carismático vecino. Con trece años, la atrevida Jude se lanza desde altísimos acantilados para experimentar el subidón de adrenalina, lleva pintalabios muy llamativos y habla por los codos. Pero tres años después, Jude y Noah casi no se hablan. Algo ha ocurrido entre ellos que ha roto a los mellizos de formas diferentes y dramáticas… Hasta que un día la vida de Jude cambia cuando conoce a un chico guapo, frágil y arrogante… y a alguien más, una nueva fuerza aún más impredecible, y ligada a su pasado de forma inevitable.

Noah y Jude son dos gemelos muy unidos. Son capaces de comunicarse telepáticamente y siempre quedan empate cada vez que juegan a piedra, papel o tijera. Pero en la actualidad casi no pueden ni mirarse a la cara. Noah siempre ha sido un pringado de libro. Jude una chica popular. ¿Puede ser que esas diferencias hayan acabado por hacer mella en su relación?

Todos nos hemos encontrado alguna vez con un libro del que nos es muy difícil dar una opinión. Yo pensaba que ya había escrito la reseña más difícil de mi vida. Reseñas que me cuesta escribir porque he alcanzado un grado de empatía demasiado grande con los personajes. Pero luego va y aparece este libro. Y es que sé que, por mucho que me esfuerce, jamás podré hacerle justicia. No existen las palabras adecuadas para describir lo que ha sido esta lectura para mí. Porque ha sido todo sentimientos y experiencias, algo que solo alguien que lo haya vivido puede comprenderlo realmente. Pero voy a intentarlo a ver qué sale.

Comenzaré mi reseña hablando de Noah. Me he sentido identificada y celosa a partes iguales con este chico. Noah es el rarillo del pueblo, el chico callado, el artista con el que todo el mundo se mete. En lugar de hablar, se pasa las horas dibujando todo lo que ve, tanto en papel como en su mente. Lleva el arte en la sangre, con una seguridad que envidio profundamente. Él es feliz con la vida que tiene, hasta que su hermana empieza a cambiar, su madre empieza a cambiar, todo empieza a cambiar. Y llega el desastre. Entonces se convierte en todo lo opuesto a lo que era. El caleidoscopio que era se apaga, quedando sumido en las sombras. No voy a profundizar mucho en este otro Noah. Solo decir que es un personaje muy complejo, que evoluciona muchísimo en un sinfín de direcciones, siendo uno de los protagonistas con más riqueza con los que me he encontrado últimamente.

Y lo mismo sucede con Jude. Ella también sufrirá diferentes evoluciones a lo largo del libro. Con ella me identifico más en algunos aspectos, me he visto bastante reflejada en ella. Este es uno de los motivos por lo que el libro ha sido tan especial para mí. Jude adora a su hermano, tanto como su hermano la adora a ella. Pero esta chica es más extrovertida, más abierta al resto de personas de la humanidad. Y se esfuerza por no acabar siendo tan pringada como Noah. Ahí es cuando empiezan sus diferencias. Cuando llega el desastre, todo vestigio de Jude también desaparece, y acaba convertida en todo lo contrario a lo que era. Esta segunda Jude me ha resultado muchísimo más interesante que la Jude del pasado. Tiene mucho más en su interior que ofrecernos, muchísimo más que aprender. Así como en Noah, el mejor era el primero. Creo que se pueden extraer muchas cosas positivas de ambos personajes, cosas que pueden ser de utilidad para la vida diaria de cualquier persona.

Pero mi personaje favorito no ha sido ninguno de ellos. Todavía hay alguien que ha despertado más mis envidias. Ese personaje ha sido Guillermo García. Me ha recordado un montón a un profesor de dibujo que tuve el año pasado. Él también hablaba de abrazar las formas, de dejarse llevar, de pintar con los ojos, de plasmar todo lo que se es en el papel. Esas clases fueron lo mejor que me ha pasado en la vida. Y por eso este hombre me ha resultado tan magnífico. Su pasión, su vivacidad, su dolor, su rabia. Algún día voy a coger el barro que tengo en casa y a modelar como él. Gracias, Jandy, por darme un personaje como él.

Oscar ha sido también un personaje memorable. Un ligón chulete que lleva la máscara puesta 24/7. Iremos conociéndole poco a poco. Y a cada paso va enamorando más y más. Brian también es alguien fascinante, con una mente privilegiada, pero con sus propias sombras en su interior. La madre de los gemelos, su padre, cada persona que aparece en el libro tiene importancia en sí mismo, o hace que los protagonistas obtengan lo que necesitan para evolucionar. Nadie sobra. Estoy maravillada. 

Y eso que la historia no empezó demasiado bien. Me costó un poco engancharme. Noah es un chico muy raro. Estaba leyendo y flipándolo al mismo tiempo, hasta que me di cuenta de lo especial que era, de todo el potencial que albergaba en su interior. Él, Jude, la historia. Porque no es una historia sencilla. Suceden muchas cosas que se entrelazan, llevándonos poco a poco a un apoteósico final. Es una historia de crecimiento, de dolor, de aprendizaje, de sentarse con uno mismo y estudiarse en profundidad. También es una historia de belleza, de sueños y de amor. La vida da muchas vueltas. Hoy puedes estar en la cima y mañana hundirte en un pozo de miseria. Y cuando ese momento llega, es cosa tuya si rendirte o seguir luchando para volver arriba. Eso es lo que yo visto muy bien reflejado en este libro. Me ha hecho sentir muchas cosas, me he visto reflejada en muchos aspectos, me he sentido identificada con los dos gemelos. Ha sido muy especial. Y me ha hecho mucho que pensar. No os imagináis lo que me picaba la mano por la impaciencia de coger un pincel, los acrílicos y volverme loca delante de un lienzo. Normalmente soy muy subjetiva con las reseñas, os doy datos que yo he encontrado para que podáis juzgar más o menos con libertad, pero no deja de ser mi opinión pura y dura. Sé que en este caso estoy siendo más subjetiva de lo normal y que mis razones son sentimientos y sensaciones que no podéis calificar. Tan solo espero no estar aumentando vuestras expectativas y que después os llevéis un chasco. 

La narración también fue extraña al principio. Recuerdo que lo primero que pensé fue que los dos hermanos estos estaban más locos que una cabra. Traducción: me partía de risa. Pero luego notaba que era tan auténtica, que la creatividad desbordante no me era tan ajena, y me fui acostumbrando. Y viendo lo especial que era. Tanto Noah como Jude son personas sin complejos en sus cabezas. Para mí, eso le dio mucha realidad a los personajes. También fue bueno que fuese una primera persona, porque en este caso ambos hubiesen perdido muchos matices si la narración hubiese sido en tercera persona. Además, la autora combina el presente con el pasado. Noah será el encargado de narrarnos como era todo antes del desastre. Jude nos contará como esta todo ahora. Ha sido también muy interesante porque ambos hermanos saben cachos de la historia y ninguno sabe nada. Y los que menos nosotros. Hasta que reunimos todas las piezas. ¿Sabéis esos momentos en que el lector sabe algo que el protagonista no sabe y acabas chillándoselo porque va a hacer una locura? Pues algo similar pasa con este libro en más de una ocasión. Ha sido un juego muy interesante por parte de la autora. Ha sabido repartir muy bien los trozos de información que iba dejando caer para mantener el interés. Y de una forma preciosa, porque la narración es tan creativa como la mente de Noah, creando con las palabras.

Y me voy a quedar aquí porque esto se está alargando demasiado. Esta es una historia muy creativa, con protagonistas que poseen cerebros más que interesantes. Con evoluciones muy ricas. Y hechos que se nos van revelando poco a poco, jugando muy bien con la atención del lector. Un libro muy especial para mí, de esos que me hacen despertar y querer ponerme en marcha para no perder el tiempo. Gracias, Jandy, de verdad. 

Cierro los ojos y me ahogo en color, los abro y me ahogo en luz porque alguien vacía sobre nosotros miles de millones de cubos de luz, desde arriba.

*Agradecimientos a la editorial