[Reseña] EL BESO DEL GANADOR - MARIE RUTKOSKI

*Puede haber spoilers de libros anteriores.*

Título: El beso del ganador
Título Original: The winner's kiss
Autor: Marie Rutkoski
Saga: La maldición del ganador #3
Editorial: Neo
Encuadernación: Tapa blanda
Páginas: 432

La guerra ha comenzado. En el centro del conflicto, Arin se enfrenta al imperio acompañado de nuevos aliados de incierta lealtad. Aunque se ha convencido a sí mismo de que ya no ama a Kestrel, no la ha olvidado, ni tampoco cómo la chica que conocía ha acabado convirtiéndose en la clase de persona que él siempre ha despreciado. Alguien a quien le importa más el imperio que las vidas de personas inocentes… y, desde luego, más que él. Al menos, eso cree. En el norte helado, Kestrel está prisionera en un brutal campo de trabajo. Mientras busca desesperadamente la forma de escapar, anhela que Arin pudiera saber los sacrificios que hizo por él. Anhela hacerle pagar al imperio lo que le ha hecho.

Una guerra abierta contra el Imperio es ya algo inevitable. La alianza con los orientales es la última provocación que el conflicto necesitaba para estallar. Arin luchará hasta la muerte por la libertad de su pueblo. Kestrel luchará por conservarse a sí misma. Pero esto no ha hecho más que empezar, y los peligros a los que ambos tendrán que enfrentarse son todavía infinitos.

Tenía muchas ganas de saber cómo acababa esta historia, pero a la vez estaba aterrada por lo que podría pasar. Los dos libros anteriores me habían dejado muy buen sabor de boca. Se postulaban a mejor lectura del año. Y eso es meterle mucha presión a la conclusión. No debería haber dudado ni por un instante. Algo me dice que podría leer la lista de la compra de Marie Rutkoski y quedar tan maravillada como cuando estaba leyendo este libro.

Ocurrió cuando Arin arribaba a la bahía de su ciudad, con el cabello embadurnado de sangre seca, que también le acartonaba la ropa. La historia se deslizó en su interior. Se posó en su lengua y se derritió como un caramelo amargo.
Esta es la historia que Arin se contó.

Algo que toda la trilogía ha tenido desde el principio ha sido mucha evolución de personajes. Tanto Kestrel como Arin comienzan la aventura en un punto concreto, con unos pensamientos y unas creencias muy marcadas. El blanco y el negro no se mezclaban en sus esquemas. La evolución es brutal en el primer libro. Da un giro en el segundo que les permite seguir creciendo. Y, como no podía ser de otra manera, aquí vuelve a aparecer en todo su esplendor.

La novela comienza con Arin. Este chico maduro y decidido, que se ha echado sobre las costillas el peso de su pueblo. Ese soberano que necesitan para ser libres. Es un Arin tenaz en su lucha, que se deja abrazar por el dios de la muerte. Pero es también un Arin dolido y traicionado, que ya no confía en nadie, que ha perdido parte de su fe en la humanidad. ¿Cómo no hacerlo después de la traición de Kestrel? Su angustia es palpable, así como lo es su confusión y la frialdad que anida en su corazón. Evidentemente todos sabemos la verdad que él desconoce. ¿Lo descubrirá? Pues eso no puedo contároslo, pero sí puedo decir que evoluciona mucho a raíz de la guerra, de la alianza con Dacra y de los sucesos que le sobrevienen. Ha sido muy emocionante, con mucha fuerza, sobrecogedor.

Y si Arin me ha gustado, no sé si seré capaz de transmitir las sensaciones que me han invadido con Kestrel. Su situación es bastante más delicada que la de Arin. Él sabe dónde se estaba metiendo, pero ella no era tan consciente. Esa es la sensación que me daba a mí, al menos. Juega mucho con la fuerza inherente de ella, mezclado con el terror de acabar en un campo de trabajo, y la traición de su padre. Su soledad y su dolor es descorazonador, ver cómo se pierde un poco a ella misma con el cautiverio. Su evolución ha sido sobrecogedora, me dolía el corazón por ella. Tan fuerte como vulnerable, tan guerrera como humana, tan Kestrel. Me quito el sombrero ante la creación de este personaje, ante su fuerza, ante su naturalidad, ante su coherencia. ¡Qué gran Kestrel!

La taza se inclinó. El agua se deslizó sobre su lengua, fresca y deliciosa. Olvidó el dolor, olvidó dónde estaba, olvidó quién había sido, olvidó que una vez le había dado miedo olvidar.

Hay otro personaje digno de ser destacado en esta novela. Y ese es Roshar, el príncipe oriental al que conocimos en el libro anterior. ¡Me encanta! Es perfecto, es maravilloso, es divertido, es irónico, es fuerte, es quien tiene que ser. Otro personaje muy bien definido, con un carácter coherente, que también evoluciona mucho. De él me ha gustado su mezcla entre su parte de la realeza y su parte más humana y cercana. Y la armadura con la que lo cubre todo. Es el mejor.

Hay más personajes, por supuesto, como el Emperador, el padre de Kestrel, Sarsine u otros aliados dacranos, así como gente de la prisión, por ejemplo. Pero no tienen tanto protagonismo. Algunos son muy importantes, no lo dudéis ni por un instante, como el padre de ella, que siempre estará en los pensamientos de Kestrel. Pero digamos que ya los conocíamos y que siguen en la línea de los libros anteriores. 

La historia es todo aquello que podría haber esperado. La parte del campo de trabajo es dura. La situación es extrema, no pasan cosas bonitas allí dentro. Y la autora lo transmite muy bien. El trabajo, la esclavitud, el castigo. Es sobrecogedor. Y luego tenemos la parte de la guerra, que tampoco es nada bonita. Algo que me ha gustado mucho de esta trilogía es que trata muy bien esa verdad universal de que nadie es el bueno o el malo, de que no todo es blanco o negro, de que todos son perdedores en un enfrentamiento de este tipo. Los horrores de la guerra están presentes siempre. No sólo porque ella describa una batalla, sino por lo que los personajes piensan durante esas batallas sobre la muerte y la guerra. Es duro. Y cada uno lo hace lo mejor que puede según lo que cree que merece. Me encanta el ingenio que hay en este libro, ese sentimiento de que todo es un juego, una partida gigante al muerde y pica. Las fichas ya están todas sobre la mesa. 

El halcón se elevó hacia el cielo.
<<Eres mío, Arin. Ya sabes lo que debes hacer.>>
Arin degolló al valoriano.

Me ha gustado también que es una novela muy de personajes. Combina muy bien la acción de las batallas con momentos más tranquilos de evolución de personajes. La guerra está ahí, es la acción general, pero también hay partes mucho más íntimas. Tanto interacciones individuales, como entre parejas e incluso entre colectivos, y cómo influye todo esto en las personas. Además no os mentiré y os tengo que decir que el motor que me movía era descubrir si Arin y Kestrel se encontraban y qué sucedería entonces. Porque ambos están hechos para estar juntos, porque su romance es una preciosidad de mucha intensidad. Pero no es puedo decir nada, aunque me mate no poder expresar todo lo que he sentido. Porque algo que este libro ha hecho ha sido provocarme una gran cantidad de sentimientos. He sufrido, he soñado, he amado e incluso me he reído. Es una novela con una historia que nos podemos creer y que podemos vivir como si fuésemos uno más de sus personajes.

Pero, sin duda, lo que más me ha gustado ha sido la narración. Me maravillo ante la forma que tiene Marie de contar las cosas. Es una de las más hermosas que he leído en mi vida. Y posiblemente que leeré. Es una tercera persona que sigue viajando de Arin a Kestrel, centrándose en ellos de forma que se siente muy cercana. Pero es su belleza lo que me quita el aliento. Lo cuenta tan bonito. Me llega, me traspasa, hace que mi imaginación pueda recrear hasta el más mínimo detalle, sin importar si de verdad es bonito o es un horror. Ambas cosas las transmite muy bien con una belleza que sobrecoge. Es que me encanta, de verdad. No tengo nada negativo que decir.

El beso del ganador ha sido la mejor conclusión posible para una trilogía brillante. Contado todo con esa narración tan preciosa de la autora, asistimos a una guerra que no tiene ganadores, a un campo de trabajo donde el esclavismo es atroz. Arin y Kestrel estarán estelares, con una evolución maravillosa. Una novela de personajes, con batallas, con duras cuestiones que se nos plantean. Se sufre, no os voy a mentir, pero vale la pena por asistir a una historia bien contaba, con buenos personajes, con una ambientación magnífica y mucho ingenio. Ha sido toda una experiencia.

*Agradecimientos a la editorial